Los españoles discrepamos mucho sobre cuestiones superficiales. Pero nuestros problemas nacen de aquello en lo que estamos de acuerdo

Los fallos políticos y económicos en España no son solo responsabilidad de los gobernantes, sino reflejo de las preferencias de los ciudadanos

Nos distraen y nos tranquilizan, pero ocultan lo esencial: que muchos de nuestros males nacen de nuestras propias contradicciones

La Constitución, que nació enferma por su falso idealismo presentista, agoniza en manos del Gobierno. Urge ponerle remedio

Pagamos por metros lo que tiramos por kilos. El problema no es la tasa, sino nuestra resistencia a vincular precio y conducta

Entrevista de Miguel Ors para El Podcast del Liberal

No basta con culpar a las élites: la política nos devuelve la imagen de lo que pedimos y toleramos

Hacer viable el estado de bienestar, algo de lo que dudan hasta sus partidarios, requiere madurez y responsabilidad ciudadana

El fracaso de la OPA del BBVA dejó claro quién gana y quién pierde. Pero los catalanes perdemos más

Silencio sincronizado del PSOE ante el plan migratorio del PP: quien calla, otorga… y enseña el camino

Comentarios en la presentación de los Indicadores comentados del sistema educativo español

Comentarios en la presentación del libro de J. Fernández-Villaverde y F. de la Torre La factura del cupo catalán

La culpa es nuestra... como también lo es la solución

España no debe seguir arruinando sus infraestructuras, ya sean eléctricas, ferroviarias o institucionales

Se equivocan los agoreros. España no va mal por error. Sólo está en liquidación voluntaria

Cuanto más se va al centro, más fortalece a Vox, más lo necesita para gobernar y menos creíble resulta al votante que pretende atraer

Entrevista por Miguel Ors Villarejo

El Gobierno se enroca para tapar sus miserias y la oposición ignora el desafío que confronta el país

El derecho intenta proteger al consumidor cuando contrata en el mercado. También debemos protegerlo cuando ‘consume’ información política

Regular la información es peor que abandonarla a la iniciativa privada: el Estado no siempre es benevolente, y en malas manos es temible