La propiedad como intercambio secuencial: Los límites olvidados de la contratación privada

El marco contractual de Coase (1960) emplea el supuesto  implícito de que el intercambio de derechos de propiedad no afecta a los costes de transacción futuros. Este supuesto es adecuado para analizar las externalidades que surgen en el uso de los activos, pero limita nuestra capacidad para comprender las instituciones de propiedad: un problema central de los mercados de propiedad radica en la interacción entre múltiples transacciones, lo que provoca externalidades no contratables relacionadas con el propio intercambio. Al mantener dicho supuesto de intercambios individuales, el análisis económico convencional de la propiedad ha fomentado perspectivas que: (1) enfatizan la asignación inicial de los derechos de propiedad, olvidando que a menudo se necesitan fórmulas de asignación recurrente; (2) prestan escasa atención a la realidad jurídica de los derechos, pese a que es ésta la que determina su ejecutividad y, por lo tanto, su valor económico; y (3) sobreestiman el poder del orden privado no regulado, a pesar de su incapacidad para proteger los derechos de terceros. Estos sesgos distorsionan muchas políticas institucionales, incluyendo las de titulación de tierras y formalización de empresas.