Caso

Cualquier medio es utilizable para garantizar la calidad de los productos. Por ejemplo, el que lo consuma la realeza. La Corona británica se lo toma tan en serio que existe una Asociación de Proveedores de su Majestad, que examina productos y fabricantes —entre otras muchas variables, se considera el impacto ecológico de los productos—, y, sólo tras tres años de consumo por la familia real, incluye a los elegidos en una lista de 880 proveedores oficiales[1].

La principal ventaja de proveer oficialmente al palacio de Buckingham es poder estampar en los productos la divisa real y el lema By appointment to her Majesty the Queen. Sin embargo, el uso de estos emblemas está sujeto a limitaciones muy estrictas: pequeños caracteres, reproducción fiel de los colores heráldicos, no comentar la opinión de la familia real sobre el producto, etc.

Guía de discusión

1.  ¿Qué ganan las empresas con esta distinción? En 1989, la casa Cartier fue tachada de la lista. Ello supuso el cese fulminante de su representante en Londres. ¿Para qué empresas tiene mayor valor el sello real?

2.  ¿Por qué la Corona limita tan estrictamente el uso de su condición de cliente por sus proveedores? ¿Constituye la selección una forma de comunicación política? ¿Podría aplicarse la teoría de la relación contractual cliente-proveedor a la existente entre la Corona y sus súbditos? ¿Cabría explotar mediante franquicias la marca real?


[1]  Basado en Expansión, “Proveedor de la Reina: cuestión de calidad” (3 de junio, 1989, p. 44).

Análisis

1. En general, las empresas ganan reconocimiento de la calidad del producto. De modo más específico, éste beneficia a dos tipos de productos. Por un lado, estar en las listas puede indicar que el producto no está comprometido con fraudes o asuntos que puedan irritar a grupos de opinión, pues la Corona procura no verse acusada de consumir productos sujetos a polémica por motivos ecológicos, políticos, raciales, etc. Por otro, la presencia en las listas interesa a los productores de artículos de lujo, que valoran especialmente el sello real. En este sentido, es notable la tendencia a utilizar como promotores de productos de lujo a personajes nobles y parientes reales. El motivo reside probablemente en que la naturaleza de estos productos está constituida más por la afirmación de status social que por sus propiedades intrínsecas.

2. La proliferación del marchamo real o su uso por productos en algún sentido problemáticos pondría en peligro la reputación de la propia corona, cuyos responsables procuran manejar cuidadosamente el uso de sus símbolos.  De manera similar, las casas comerciales retiran la publicidad de programas televisivos que pueden herir la sensibilidad de algunos de sus clientes. Adicionalmente, la selección de proveedores por la Corona constituye a veces una forma de comunicación política.  Por ejemplo, al premiar la buena conducta ecológica.



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