Ejercicio

Comente el célebre eslogan, propuesto por el socialista utópico francés Saint-Simon (1760-1825), “De cada uno según su capacidad. A cada uno según sus necesidades”. ¿Cómo puede medir la capacidad una sociedad? ¿Y las necesidades? ¿Quién tiene que definir éstas? ¿Cuál es el papel que representan las utopías en el desarrollo del hombre? Preste atención también a qué incentivos genera semejante sistema retributivo a la hora de “revelar” la capacidad y necesidades personales.

Análisis

Las utopías pretenden diseñar un mundo perfecto. Pecan de cierta soberbia o, en los términos de este capítulo, de “racionalidad intelectual” en grado máximo. Sus logros, por el contrario, son a menudo bastante discutibles, sobre todo en comparación con el desarrollo económico producido por las fuerzas inconscientes del mercado. La utopía comunista llevó a concentrar todo el poder en manos de quienes definían capacidad y necesidades, y parece que tendieron a hacerlo en favor propio, ejemplificando que las utopías son también útiles como propaganda.

En la actualidad, a veces, parece que no quedan utopías —si acaso, quizá alguna encíclica católica y el resurgir islámico pueden interpretarse como tales—. Algunos intelectuales se lamentan de esta muerte ideológica. ¿Le parece que están justificados estos lamentos? ¿Tiene acaso el intelectual un cierto interés en el desarrollo de utopías? Más benignamente, ¿no podemos entender la búsqueda de utopías como un intento por emplear mecanismos éticos para la salvaguardia y ejecución o enforcement contractual?



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