Ejercicio

Tomando el punto de vista teórico que contempla a la empresa como un “nexo de contratos”, analice la idea de “responsabilidad social de la empresa”, según la cual el objetivo de la empresa no es meramente el logro de beneficios, sino que ha de incluir el atender una variedad de obligaciones, tanto con el conjunto de la sociedad como con los individuos y grupos que se relacionan más directamente con la empresa.

Análisis

En principio, la idea de responsabilidad social tiene más sentido dentro de representaciones antropomórficas de la empresa. Vista como nexo contractual, la empresa carece de atributos subjetivos, como responsabilidad u objetivos, siendo equiparable conceptualmente al mercado. Como éste, carece de voluntad, viniendo dada su conducta por fuerzas independientes que resultan en un equilibrio, cuya posición final escapa a la voluntad de las partes que actúan en su seno o a su través. El antropomorfismo es aceptable, no obstante, como ins¬trumento para facilitar el tráfico jurídico —por ejemplo, la personalidad de la sociedad anónima— o la elaboración teórica —el estilizado productor de la Microeconomía—. En ambos casos, se opera sendos procesos de abstrac¬ción, mediante los cuales se trata a la empresa como un ente indivi¬dual del que se descarta su naturaleza organizativa (la contratación interna entre individuos). Desde este punto de vista, cabe pensar, no obstante, en la responsabilidad social como una llamada a la buena conducta en todo el conjunto de relaciones que tienen a diversos participantes empresariales como sujeto, ya sea en sus relaciones con el exterior de la empresa, o bien entre algunos de los contratantes empresariales (accionistas con trabajadores, ambos con los clientes, etc.). El asunto conectaría así con el de la “autoconfiguración contractual” que y, en especial, con el desarrollo de sistemas judiciales y morales de carácter interno. Con todo, en muchos planteamientos de responsabilidad social subyace una visión maniquea de los incumplimientos contractuales: en general, accionistas, banqueros y directivos son presentados como “malos” mientras, que los trabajadores y los clientes son intrínsecamente “buenos”. En la medida en que ése es el caso, más que creando una moral favorecedora del cumplimiento contractual, quizá se está tan sólo disimulando el propio oportunismo.



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