Asturias: Una economía de prejubilados y consumo

Entrevista al diario La Nueva España, publicada el 27 de agosto de 2002.

Entrevistas en verano. Benito Arruñada, Catedrático de Organización de Empresas en la Universidad Pompeu Fabra:

«Una economía de prejubilados y consumo no puede crecer»

«Dar apoyo público a equipos de fútbol debería ser de Juzgado»

Santander, F. DE LA BALLINA

¿Qué impresión tiene sobre la evolución de la economía asturiana en los últimos años?

­Cuando estudiaba en Oviedo, a finales de los años setenta, nos hablaban de una economía semiplanificada, cerrada y poco competitiva. Hoy la economía se ha abierto y es más efectiva, pero mantiene muchos lastres del pasado porque gran parte del entorno institucional de las empresas es el mismo. Desde este punto de vista, el cambio ha sido más intenso en el resto de España que en Asturias. La región sigue siendo muy dependiente en términos de renta. Lo lógico es que en Asturias una empresa esté orientada a captar subvenciones más que a producir; es algo que lo da el entorno y es lo que han hecho la mayor parte de las multinacionales que se han instalado en el Principado.

­¿Cree que en el Principado hay pocos emprendedores, poca cultura empresarial?

­Eso es una obviedad. Lo importante es preguntarse por qué ocurre eso y la respuesta es que quizás no hay necesidad de ser empresario para salir adelante en una región como la nuestra. Gran parte del talento de los asturianos se dedica a buscar rentas improductivas y eso es porque las condiciones lo propician y a la región, y sobre todo a alguna gente, le ha ido muy bien así durante muchas décadas. Las empresas son como las margaritas: si el clima y las condiciones del terreno son buenos, florecen.

­¿Qué debe hacer Asturias para aumentar su ritmo de crecimiento económico?

­Los asturianos han elegido crecer por debajo de la media nacional. No se puede querer vivir de las subvenciones y crecer al ritmo de una economía de mercado. ¿Cómo va a crecer Asturias si tiene una economía de prejubilados orientada al consumo en lugar de a la producción? Cuando voy por los veranos no veo más que nuevos centros comerciales y cines.

­Hasta los equipos de fútbol reciben apoyos públicos. Me gustaría vivir en un país en el que eso fuera de Juzgado de guardia y no sé si realmente lo es.

­¿Es malo que se abran centros comerciales?

­Uno disfruta muchísimo consumiendo, pero de esta forma no produce ni ahorra y así la región se condena a una reducción de su productividad y de su tamaño. ¿Qué industrias nuevas hay en Asturias? Yo lo que veo son casas de turismo rural y centros comerciales. Antes se compatibilizaba agricultura y minería y ahora, turismo y prejubilados. De todas formas, a los enamorados de Asturias nos encanta la idea de la región como reserva natural.

­Crecemos poco a pesar de tener una Universidad de prestigio. ¿Es normal?

­El producto de más calidad y más conseguido que exporta Asturias es el capital humano. Lo veo en Barcelona, donde me encuentro a muchos profesionales formados en Asturias. Tenemos una fábrica que es la Universidad que funciona mejor que en otros sitios. Quizás los servicios públicos de Asturias sean de lo mejor que hay en España. Uno de los fenómenos empresariales más interesantes de la región en los últimos años es la escuela de MIR que funciona en Oviedo.

­Mucha gente en la región, comenzando por el Gobierno asturiano, afirma que el futuro está en la industria.

­Es un disparate. La industria hay que dejársela a los países en vías de desarrollo, pero como tiene unos activos fijos que son muy apropiables se pone el énfasis en esa visión industrialista por intereses creados.

­¿La solución puede venir de fuera, por parte de los inversores foráneos?

­Asturias estaría mucho mejor si dependiera más de los de fuera, pero como somos unos sofisticadísimos buscadores de rentas tememos al inversor foráneo porque es menos manipulable.

­Se habla de que necesitamos un cambio de mentalidad; superar viejos clichés.

­No es un problema de mentalidad. Lo que hay es una especie de teología de la asturianidad que sirve para justificar intereses inconfesables.

­Transmite usted una imagen de la región que no parece precisamente muy positiva, ¿no cree?

­Lo que ocurre es que en Asturias se optó por una economía intervenida, pero luego esa realidad se quiere negar. Quizás lo que nos convenga es poner los pies en la tierra.

­Intuyo que no tiene buena opinión sobre los sindicatos asturianos.

­Hay sindicatos de muchos tipos funcionando de formas muy diferentes. No parece que los sindicatos asturianos hayan sido una fuerza muy progresiva. Yo me pregunto: ¿va bien Du Pont sin sindicatos? ¿No sería un modelo reproducible? ¿Por qué otros asturianos no pueden ir a empresas sin sindicatos donde no tengan que sufrir a los liberados?

­Tras los escándalos contables detectados en grandes empresas estadounidenses, ¿cree que pueden estar tranquilos los accionistas de las compañías que cotizan en Bolsa?

­Deberíamos madurar: las crisis son algo natural en la economía de mercado, que es creativa, innovadora y tiene sus propios mecanismos de ajuste y recompensa. Funciona el «quien la hace la paga». Antes de intervenir políticamente hay que ver si funciona esa relación entre los hechos y el premio o el castigo. Hace ya muchos años se vendió la idea de que invertir en Bolsa es seguro, lo que es un tremendo error. El regulador no está en condiciones de asegurar nada y no está claro si lo mejor es mayor o menor regulación. Si hay mil empresas y cinco quinquis y aumentas los controles, lo que haces es gastar dinero, restringir la actividad de esas mil empresas y no evitar que los cinco jetas la armen. Luego, a volver a regular.

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Por: Benito Arruñada

agosto 28, 2002 , 11:38

En Du Pont no hay sindicatos

Declaraciones de D. Enrique Macián, entonces Director del complejo de Du Pont en Cernay (Francia) y hasta 2001 director de la planta de THF que el grupo químico tiene en el Principado de Asturias, en entrevista a La Nueva España, 28 de agosto de 2002:

En Du Pont no hay sindicatos, pero respetamos la legislación. Si algún día los trabajadores quieren, los habrá. Nosotros aplicamos una política que consiste en resolver los problemas personales de la gente y tengo la sensación de que los trabajadores lo valoran positivamente. Es verdad que al principio hubo resistencias, pero también grandes expectativas porque cada persona iba a ser más escuchada y respetada. Se generaron dudas porque era una experiencia puntera, incluso dentro de Du Pont. Hoy puedo decir que el complejo de Asturias es probablemente el más moderno de todos los que tenemos en el mundo. Ahora estoy tratando de implantar ese modelo en Cernay. En Asturias se ha creado un único rol entre los trabajadores.